«Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios, y a aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
«Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas».
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. ¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
¡Oh, sangre y agua que brotaste del sagrado corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Padrenuestro
Ave María
Credo
Tomando el rosario, cada cuenta grande:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero."
Cada cuenta pequeña:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Rezados los cinco misterios, se repite tres veces:
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable. Vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia en nosotros. Para que, en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos; sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el amor y la misericordia mismos. Amén.
Propósito de confesarse y comulgar