Nació en 340 en Estridón (actual Yugoslavia). Mostró desde niño gran disposición para los estudios y en Roma estudió latín bajo la dirección del más famoso profesor de su tiempo, Donato, pero era pagano. Esta instrucción recibida de un hombre muy instruido pero no creyente, llevó a Jerónimo a llegar a ser un gran latinista, a pesar de que no era su lengua materna, y muy buen conocedor del griego y de otros idiomas, pero muy poco conocedor de los libros espirituales y religiosos. Pasaba horas y días leyendo y aprendiendo de memoria a los grandes autores latinos, Cicerón, Virgilio, Horacio y Tácito, y a los autores griegos: Homero, y Platón.
En una carta que escribió a Santa Eustoquia, San Jerónimo le cuenta el diálogo aterrador que sostuvo en un sueño o visión. Sintió que se presentaba ante el trono de Jesucristo para ser juzgado, Nuestro Señor le preguntaba: "¿A qué religión perteneces? Él le respondió: "Soy cristiano – católico", y Jesús le dijo: "No es verdad". Que borren su nombre de la lista de los cristianos. No es cristiano sino pagano, porque sus lecturas son todas paganas. Tiene tiempo para leer a Virgilio, Cicerón y Homero, pero no encuentra tiempo para leer las Sagradas Escrituras". Se despertó llorando, y en adelante su tiempo será siempre para leer y meditar libros sagrados, y exclamará emocionado: "Nunca más volveré a trasnochar por leer libros paganos". Más tarde diría: "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo".
Jerónimo dispuso irse al desierto a hacer penitencia por sus pecados (especialmente por su sensualidad, y por su terrible mal genio y su gran orgullo). Pero en el desierto aunque rezaba mucho y ayunaba, y pasaba noches sin dormir, no consiguió la paz. Se dio cuenta de que su temperamento no era para vivir en la soledad de un desierto deshabitado, sin tratar con nadie.
Él mismo en una carta cuenta cómo fueron las tentaciones que sufrió en el desierto: "En el desierto salvaje y árido, quemado por un sol tan despiadado y abrasador que asusta hasta a los que han vivido allá toda la vida, mi imaginación hacía que me pareciera estar en medio de las fiestas mundanas de Roma. En aquel destierro al que por temor al infierno yo me condené voluntariamente, sin más compañía que los escorpiones y las bestias salvajes, muchas veces me imaginaba estar en los bailes de Roma contemplando a las bailarinas. Mi rostro estaba pálido por tanto ayunar, y sin embargo los malos deseos me atormentaban noche y día. Mi alimentación era miserable y desabrida, y cualquier alimento cocinado me habría parecido un manjar exquisito, y no obstante las tentaciones de la carne me seguían atormentando. Tenía el cuerpo frío por tanto aguantar hambre y sed, mi carne estaba seca y la piel casi se me pegaba a los huesos, pasaba las noches orando y haciendo penitencia y muchas veces estuve orando desde el anochecer hasta el amanecer, y aunque todo esto hacía, las pasiones seguían atacándome sin cesar. Hasta que al fin, sintiéndome impotente ante tan grandes enemigos, me arrodillé llorando ante Jesús crucificado, bañé con mis lágrimas sus pies clavados, y le supliqué que tuviera compasión de mí, y ayudándome el Señor con su poder y misericordia, pude resultar vencedor de tan espantosos ataques de los enemigos del alma. Y yo me pregunto: si esto sucedió a uno que estaba totalmente dedicado a la oración y a la penitencia, ¿qué no les sucederá a quienes viven dedicados a comer, beber, bailar y darle a su carne todos los gustos sensuales que pide?".
Vuelto a la ciudad, sucedió que los obispos de Italia tenían una gran reunión o Concilio con el Papa, y habían nombrado como secretario a San Ambrosio. Pero este se enfermó, y entonces se les ocurrió nombrar a Jerónimo. Y allí se dieron cuenta de que era un gran erudito con gran soltura para escribir en latín y griego. El Papa San Dámaso, que era poeta y literato, lo nombró entonces como su secretario, encargado de redactar las cartas que el Pontífice enviaba, y algo más tarde le encomendó un oficio importantísimo: hacer la traducción de la Santa Biblia.
Las traducciones de la Biblia que existían en ese tiempo tenían muchas imperfecciones de lenguaje y varias imprecisiones o traducciones no muy exactas.
Jerónimo, que escribía con gran elegancia el latín, tradujo a este idioma toda la Biblia, y esa traducción llamada "Vulgata" (o traducción hecha para el pueblo o vulgo) y ha sido la Biblia oficial para la Iglesia Católica Romana desde entonces.
A los 40 años Jerónimo fue ordenado de sacerdote. Pero sus altos cargos en Roma y la dureza con la cual corregía ciertos defectos de la alta clase social le trajeron envidias y rencores (solía decir que las señoras ricas tenían tres manos: la derecha, la izquierda y una mano de pintura. Toda la vida tuvo un carácter muy temperamental y un modo severo de corregir, lo cual le ganó muchos enemigos. Con razón el Papa Sixto V cuando vio un cuadro donde pintan a San Jerónimo dándose golpes de pecho con una piedra, exclamó: "¡Menos mal que te golpeaste duramente y bien arrepentido, porque si no hubiera sido por esos golpes y por ese arrepentimiento, la Iglesia nunca te habría declarado santo, porque eras muy duro en tu modo de corregir!".
Sintiéndose incomprendido y hasta calumniado en Roma, donde no aceptaban el modo fuerte que él tenía de conducir hacia la santidad a muchas mujeres que antes habían sido fiesteras y vanidosas y que ahora por sus consejos se volvían penitentes y dedicadas a la oración, dispuso alejarse de allí para siempre y se fue a la Tierra Santa donde nació Jesús.
Sus últimos 35 años los pasó San Jerónimo en una gruta, junto a la Cueva de Belén. Varias de las ricas matronas romanas que él había convertido con sus predicaciones y consejos, vendieron sus bienes y se fueron también a Belén a seguir bajo su dirección espiritual. Con el dinero de esas señoras construyó en aquella ciudad un convento para hombres y tres para mujeres, y una casa para atender a los peregrinos que llegaban de todas partes del mundo a visitar el sitio donde nació Jesús.
Allí, haciendo penitencia, dedicando muchas horas a la oración y días y semanas y años al estudio de las escrituras, Jerónimo fue redactando escritos llenos de sabiduría, que le dieron fama en todo el mundo. Con tremenda energía escribió contra los herejes que se atrevían a negar las verdades de nuestra santa religión.
La Santa Iglesia Católica ha reconocido siempre a San Jerónimo como un hombre elegido por Dios para explicar y hacer entender mejor la Biblia. Por eso ha sido nombrado Patrono de todos los que en el mundo se dedican a hacer entender y amar más las Sagradas Escrituras. El Papa Clemente VIII decía que el Espíritu Santo le dio a este gran sabio unas luces muy especiales para poder comprender mejor el Libro Santo. Y el vivir durante 35 años en el país donde Jesús y los grandes personajes de la Biblia vivieron, enseñaron y murieron, le dio mayores luces para poder explicar mejor las palabras del Libro Santo.
Se cuenta que una noche de Navidad, después de que los fieles se fueron de la gruta de Belén, el santo se quedó allí solo rezando y le pareció que el Niño Jesús le decía: "Jerónimo ¿qué me vas a regalar en mi cumpleaños?". Él respondió: "Señor te regalo mi salud, mi fama, mi honor, para que dispongas de todo como mejor te parezca". El Niño Jesús añadió: "¿Y ya no me regalas nada más?". Oh mi amado Salvador, exclamó el anciano, por Ti repartí ya mis bienes entre los pobres. Por Ti he dedicado mi tiempo a estudiar las Sagradas Escrituras... ¿qué más te puedo regalar? Si quisieras, te daría mi cuerpo para que lo quemaras en una hoguera y así poder desgastarme todo por Ti". El Divino Niño le dijo: "Jerónimo: regálame tus pecados para perdonártelos". El santo al oír esto se echó a llorar de emoción y exclamaba: "¡Loco tienes que estar de amor, cuando me pides esto!". Y se dio cuenta de que lo que más deseaba Dios que le ofrezcamos los pecadores es un corazón humillado y arrepentido, que le pide perdón por las faltas cometidas.
El 30 de septiembre del año 420, cuando ya su cuerpo estaba debilitado por tantos trabajos y penitencias, y la vista y la voz agotadas, y Jerónimo parecía más una sombra que un ser viviente, entregó su alma a Dios para ir a recibir el premio de sus fatigas. Se acercaba ya a los 80 años. Más de la mitad los había dedicado a la santidad.
Redactado a partir de la biografía de San Jerónimo en arciprensa.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Humildad del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, no es mucho que vuestro mérito haya llegado a la exaltación de Máximo habiéndolo zanjado sobre una humildad profundísima. Bien se empeñó el Cielo en favoreceros con grandes dones, y el mundo con aplausos; pero ni estos ni aquellos sirvieron para más, que para más empeñaros en el conocimiento de vuestra nada. Éste conocimiento os hizo pronunciar con frecuencia aquellas palabras: Nada soy, y os puso en el concepto de Discípulo de Cristo, de que erais Siervo inútil. Este concepto os hizo dejar la Corte de Roma y buscar los desiertos de Palestina, llevándoos finalmente a Belén, donde en la contemplación del Niño Dios humillado en un pesebre aprendió vuestro espíritu a holgarse en los abatimientos y desprecios.
Por tanta humildad, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios, para que me dé un espíritu humilde semejante al vuestro; que a este fin voy a ocupar este día en la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Para que no te fatigues,
¿En qué tienes que tratar?
Por asunto te propone
Jerónimo, su Humildad.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Pobreza del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, Pobre verdadero de espíritu, Despreciador heroico de los bienes y riquezas del mundo, cuanto heredasteis de la casa opulenta de vuestros padres, tanto dejasteis sin reserva alguna. Todo vendido lo pusisteis a los pies de Cristo para edificar Monasterios, para hospedar peregrinos, y para socorrer a pobres. Hasta los afectos, los deseos, y las esperanzas, todo lo abandonasteis por los celestiales tesoros, donde vuestro corazón estuvo siempre fijo, y cuya posesión en el día os hace Rico, Poderoso y Bienaventurado.
Por tanta Pobreza, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu pobre y desnudo, semejante al vuestro; que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Aplica todo el cuidado,
Que bien tienes que aprender,
Pues Jerónimo te enseña
Su Pobreza y desnudez.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Obediencia del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, Obediente perfecto a la voz del Señor, la que seguisteis siempre sin reparo, sin demora, sin reflexión ni discurso. Tan rendido a vuestros mayores, que sus insinuaciones las guardasteis como preceptos, y tan negado a vos mismo, que hasta el gusto santo de quietud en la oración, y las delicias de vuestro espíritu en Belén, todo lo sacrificasteis a la gloria de Dios y a la utilidad de la Iglesia por obedecer al Papa Dámaso y al Emperador Teodosio.
Por tanta Obediencia, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu obediente y rendido, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Para poder alcanzar
Una victoria completa,
Jerónimo presenta armas,
Las fuerzas de la Obediencia.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Mortificación del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, raro ejemplar de Mortificación, y espejo admirable de penitencia. Una y otra, y mucho más la interior, nos dice el aspecto solo de vuestra figura; los rigores de la soledad, las inclemencias del tiempo, el ayuno y abstinencia, las vigilias y lagrimas, los cilicios y disciplinas, las peleas y tribulaciones, el quebranto, en fin, de todo el cuerpo, que en pluma vuestra, quedó denegrido como el de un Etíope, y reducido a un verdadero esqueleto.
Por tanta Mortificación, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu penitente y mortificado, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Jerónimo solo visto
Impurezas ahuyentó:
Es que todo su retrato
Grita: Mortificación.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Paciencia del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, Vaso escogido del Señor, y por tanto probado en el fuego de toda tentación: acometido de los demonios, perseguido de los herejes, e injuriado hasta de vuestros favorecidos; pero en todo siempre fuerte, siempre sufrido, siempre paciente, y con tal igualdad de ánimo, que ni la adversidad más opuesta al bienestar, ni la persecución mas sensible al honor, pudo quitaros la paz ni perturbar vuestro espíritu.
Por tanta Paciencia, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu paciente y sufrido, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
El señorío del alma
Jerónimo lo demuestra,
Pues sus ejemplos exhortan
A la más firme Paciencia.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Sabiduría del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, vuestra erudición en la Historia, principalmente Sagrada, la perfecta posesión de lenguas, en particular las Orientales, y la Inteligencia y facilidad en explicaros en todo género de Teologías, os han merecido de justicia el apellido de Doctor Máximo de la Iglesia; y os pueden merecer la veneración de Emporio de la Sabiduría, donde la Fe se sostiene, la Herejía se confunde, la virtud se propaga, se corta el vicio, y los fieles todos encuentran en vos y en vuestros Escritos la reforma de sus costumbres y la dirección de sus conciencias.
Por tanta Sabiduría, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu inteligente y sabio, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Aprende lo que te enseña
Jerónimo de doctrina,
Que hacer bien y no obrar mal
Es santa Sabiduría.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Oración del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, Testigos de lo asiduo y fervoroso de vuestra Oración son vuestras ansias por el desierto y vuestros anhelos por la soledad y retiro, sin más averiguación que no caber en el mundo, y sin más objeto que la contemplación del Dios Soberano. Esta fue toda vuestra ocupación y delicia, todo vuestro entretenimiento y gusto, a pesar de las distracciones, inquietudes y sequedades con que solía molestaros el enemigo; y la que os hizo acreedor a tanto beneficio, como por vuestra intercesión confiesan haber recibido vuestros devotos.
Por tan sublime Oración, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu recogido y de oración, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Los caminos para el Cielo,
Donde no se gime ni llora,
Jerónimo te los abre
Con su Oración fervorosa.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Caridad del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, cuanto hay remarcable en vuestra vida, que es mucho, todo es prueba de vuestra grande Caridad y amor. El conocimiento con que entrasteis en la Iglesia por el Bautismo, la exacta observancia de sus leyes y preceptos, las persecuciones y trabajos por la defensa de sus Dogmas y Ritos, los sentimientos y lágrimas que vertisteis al ver esta Esposa de Jesucristo afligida y al Esposo ultrajado de los de fuera y de dentro de su gremio, son antecedentes de lo que aborrecíais de corazón a la carne, al mundo y a Satanás con sus pompas, y de lo que amabais a Dios y su Iglesia y a los prójimos, no habiendo un momento en que no fuese vuestra vida un sacrificio por este amor.
Por tanta Caridad, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu caritativo y amoroso, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
Jerónimo de cuanto habla
Respira, discurre y obra,
A Dios hace sacrificio
Por su Caridad heroica.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
✠ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Soberano Dios, postrado a vuestros pies con la mayor humildad: Reconocido a vuestros beneficios que, aunque tarde, conozco y sumamente agradezco: Arrepentido en fin de mis ingratitudes, desconocimientos y pecados, que de corazón abomino, y de que mil veces me pesa, imploro vuestra amistad y gracia. Y porque me considero indigno de ella acudo a vuestro paternal amor, y a la intercesión de vuestro gran Siervo, el Doctor Máximo y mi Padre San Jerónimo.
Atended, Señor, a vuestra Bondad, y al mérito de este gran Santo. Promoved en mi espíritu a vista de sus luces, ejemplos y virtudes, un deseo ardiente de imitarle, un propósito firme de arreglarme con su vida, y una resolución constante de seguir a la perfección sus doctrinas. No os neguéis, Señor, a mis ruegos, ni a los que interpongo con el Santo para conseguir el remedio de todas mis necesidades, fruto que espero de esta pequeña devoción, y consagro al fin de vuestra gloria, de su honra, y de la salvación de mi alma. Amén.
Meditación: Fidelidad y Perseverancia del Santo.
Santísimo Padre San Jerónimo, uno siempre en los ejercicios de virtud, el mismo siempre en las obras de santidad, y esto por el dilatado espacio de noventa y un años, y aún más, según se dice, que duró vuestra penitente vida, o mejor, vuestro martirio prolongado. Igual siempre en el desierto y en el poblado, en el palacio y en la choza, en las alabanzas y en los vituperios, en lo alegre y en lo triste, en lo próspero y en lo adverso. Fuerte en fin, confiante y fiel hasta la muerte; fuese temor de la proximidad del Juicio, que de continuo os avisaba la espantosa bocina que algún día nos ha de llamar a todos, o fuese amor a la Bondad increada, cuyo conocimiento no os dejaba parar un instante, antes os impelía más y más a amar y uniros con nuestro buen Dios, que se ofreció a Sí mismo por paga de los que le aman y con fidelidad le sirven.
Por tanta Fidelidad y Perseverancia, Santo mío, os pido seáis mi intercesor con Dios para que me dé un espíritu infatigable a su servicio y fiel a cumplir sus palabras y promesas, semejante al vuestro, que a este fin voy a ocupar este día con la memoria de esta vuestra virtud. Alcanzadme luz para conocerla, y amor para abrazarla. Amén.
A su retiro te llama,
Alma, tu Dios y Señor:
Aquí le puedes hablar:
No desprecies la ocasión.
De un fiel amigo de Dios
Es Jerónimo ejemplar:
Pues que la Perseverancia
Prueba su Fidelidad.
Agradece, alma, a tu Dios
Los afectos y deseos:
Ruega fervorosa al Santo,
Para mantenerte en ellos.
Rezar tres Padrenuestros y Ave Marías, y Glorias.
Amorosísimo Dios, ¿cómo pagaré los muchos beneficios que os debo, y señaladamente el desengaño que me dais a la luz de la antorcha de vuestra Iglesia, mi Padre y Protector San Jerónimo? Conozco, Señor, mis descaminos, y quiero emendarlos, y caminar en adelante por las sendas que me enseña vuestro Santo. Esta es la paga que ofrezco. ¡Oh Divino Espíritu Santo!, ayudadme, y confirmad estas resoluciones, y para esto, aumentad mi fe, fortaleced mi esperanza, y abrasadme con vuestra caridad. Dadme una verdadera contrición de mis pecados, alcanzadme todas las virtudes, y unid mi voluntad con la vuestra. Vivid en mí por vuestra gracia, para que yo viva, y descanse en Vos eternamente. Amén.
Flor y Sol de los Doctores,
Jerónimo Penitente:
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Estrella de la mañana
De nieblas oscurecida,
De los herejes temida
Fue vuestra luz soberana,
La Iglesia vuelve ufana
Sus brillantes resplandores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como Luna hermosa y bella
Sin eclipses ni menguantes,
Vuestros rayos rutilantes
Lucen en noche serena:
Su furia el demonio enfrena,
Y sus nocturnos terrores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Como refulgente Sol
Ilustráis el firmamento
De uno y otro Testamento
Con vuestro claro arrebol.
Sois la guía y el Farol
De Sagrados Escritores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Música disteis al Cielo
Aplicando al pecho un canto,
Que aunque mezclada con llanto
No la oyó más dulce el suelo
A oírla vienen al vuelo
Los celestiales Cantores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
La pequeñuela Belén
Del Niño Dios Sacro oriente,
Vino a ser vuestro occidente
Aunque lustroso también:
Allí lograsteis el bien
Premio de tantos sudores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Azucena amanecisteis
En el Jardín del Esposo,
Y a su Madre cuidadoso
Y vigilante asististeis,
Su pureza defendisteis
Contra Elvidio y sus errores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Paula Discípula vuestra
Con Eustiquio Virgen pura,
De la Sagrada Escritura
Salió muy sabia Maestra,
Vuestro saber las adiestra
Con tan subidos primores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Al fin de trabajos tales
Por su Iglesia padecidos,
Oyó Dios vuestros gemidos
Y os dio premios inmortales,
De la Gloria en los raudales
Gozáis sus castos amores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
En arrobos amorosos
El cuerpo en la Cruz asido
Vuestro espíritu encendido
Salta golfos luminosos,
Y entre sus Coros gloriosos
Goza de angélicos favores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Vuestros fieles os veneran
Como Padre el más amante,
Y con afecto constante
En festejaros se esmera:
De vuestro cuidado espera
Influencias superiores.
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
Pues que sois de los Doctores
El Doctor más excelente,
De la mano Omnipotente
Alcanzadnos los favores.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado San Jerónimo.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oh Dios, que os dignasteis conceder a la Iglesia un admirable intérprete de las Sagradas Escrituras en la persona de vuestro confesor San Jerónimo, ayudadnos, en consideración de sus méritos, a llevar a la práctica lo que enseñó con su palabra y sus actos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Propósito de confesarse y comulgar cuando sea posible.
Novena escrita por un devoto de S. Jerónimo en 1779. encontrada originalmente en el blog Miles Christi Resístens.